sábado, 1 de enero de 2011

CAPITULO 11

Capítulo 11





Nosotros salimos del avión e inmediatamente fuimos golpeados por el clima húmedo y estruendoso. La aguanieve nos bañaba, mucho peor que la cosa blanca que caia en çMontana.
Estabamos en la cosra este ahora, o bueno, cerca a ella. La corte de la reina estaba en Pennsilvaniua, cerca a las montañas Pocono, un lugar del que yo apenas tenía una vaga idea. Yo sabía que no estabamos cerca a ninguna gran ciudad, como omo Filadelfia io Pitsburg, que eran las únicas que yo conocía en ese estado.
El camino en el que aterrizamos era parte de la propiedad de la corte, asi que ya estabamos detrás de sus rejas.
Era casi como la pequeña pista de aterrizaje de la academia. De hecho, de muchas formas, la Corte real era exactamente como nuestra escuela. Eso era lo que ellos le decian a los humanos que era esta construccion. La corte era una colección de efificios, hermosos y adornados, dispuestos alrededor del terreno entre arboles y flores. Por lo menos la tierra se veria hermosa cuando llegara la primavera. Justo como en Montana, la vegetación estaba muerta y sin hojas.
Nosotros eramos un grupo de cinco guardianes, todos vestidos con pantalones negros y abrigos a juego, con camisas blancas por debajo.
No eran exactamente uniformes, pero la costumbre dictaba que en ocasiones formales los guardianes usaran algún tipo de ropa elegante. En comparación, en nuestros jeans y camisetas, nuestro grupo parecía las malas relaciones de alguien. Aún asu, no pude evitar pensar que lo que llevaba era mucho más comodo en caso de tener una pelea con un Strigpi.
Los guardianes conocian a Alberta y a Dimitri - honestamente esos dos conocian a todo el mundo- y después de algunas formalidades todos nos relajamos y fuimos amigables. Estabamos ansiosos por salir del frio, y nuestros acompañantes nos guiaron hacia uno de los edificios. Sabia lo suficiente sobre la corte para decir que el edificio más grande y elaborado era el lugar donde se llevaban a cabo todos los asuntos Moroi. Parecia algun tipo de palacio gótico desde afuera, pero por dentro, yo sospechaba, que probablemente se veia como cualquier oficina de gobierno de las que puedes encontrar en el mundo humano.
No nos llevaron alli, en cualquier caso. Nos dirigieron hacia un edificio adyacente, igual de exquisito desde afuera, pero de la mitad de su tamaño. Uno de los guardianes explico que este era el lugar donde todos los invitados y dignatarios se quedaban cuando visitaban la corte por largos periodos.
Para mi sorpresa, cada uno obtuvo su propia habitación.
Eddie comenzo a protestar por esto, argumentando que el necesitaba estarcerca de Lissa. Dimitri sonrio y le dijo que no era necesario. En un lugar como este, los guardianes no necesitaban estar tan cerca de sus Moroi. De hecho ellos a menudo se separaban para encargarse de sus asuntos.La corte estaba tan bien resguardada como la escuela. y realmente los visitantes Moroi de la academia raramente eran vigilados tan de cerca por sus propios vigilantes. Era solo por obtener lo mejor de nuestra experiencia de campo que estabamos pasando la noche con nuestros Moroi. Eddie estuvo de acuerdo con cierto desagrado, y de nuevo, yo quede sorprendida con su dedicación.
Alberta hablo brevemente y entonces se dirigio al resto de nosotros. “Descansen un rato del vuelo y esten listos para cenar en cuatro horas. Lissa, la reina quiere verte en una hora”. Una sacudida de sorpresa recorrio a Lissa, ella y yo intercambiamos una breve y confundida mirada. La última vez que Lissa habia visto a la reina Tatiana, ella la habia humillado y avergonzado en frente de toda la escuela por haber escapado conmigo. Las dos nos preguntabamos para que querria ver a Lissa ahora.
“Seguro” dijo Lissa, “Rose y yo estaremos listas”
Alberta sacudió su cabeza. “Rose no esta invitada. La reina especificamente pregunto por ti. Sola”.
Claro que lo habia hecho. Que interés podría tener la reina en la sombra de Vasilisia Dragomir? Una sucia voz suzurró en mi cabeza, sustituible, sustituible...
El sentimiento oscuro me sacudió, pero yo lo hice a un lado. Fui hacia mi habitación, aliviada por ver que tenía un televisor. La idea de no hacer nada por las próximas cuatro horas sonaba fantástica. El resto de la habitación era bastante elegante, con mesas negras y mobiliario de cuero blanco. Estaba casi asustada de sentarme en ellas. Ironicamente, a pesar de lo bonito que era, el lugar no estaba tan bien como el resort de Ski en el que nos quedamos durante las vacaciones. Me imagino que cuando vienes a la Corte real, vienes por negocios, no a descansar.
Apenas me habia acomodado en el sillón de cuero y encendido la televisión cuando sentí a Lissa en mi mente. Ven a hablar, dijo ella. Yo me senté, sorprendida por el mensaje y su contenido. Usualmente nuestro vinculo era sobre sentimientos y emociones. Requerimientos especificos como este eran muy raros. Me pare y deje la habitación, dirigiendome a la habitación de al lado. “Que, no podias ir a buscarme?” Pregunte yo. “Lo siento” dijo ella, viendose como si de verdad lo sintiera. Era dificil ser duro con alguien tan delicado. “Yo solo... no tenía tiempo. Estoy tratando de decidir que ponerme”. Su maleta ya estaba abierta sobre la cama, con cosas colgadas en el closet. Diferente de mi, ella habia venido preparada para cada ocasión, tanto casual como formal. Yo me acosté en el sofá. El de ella era de terciopelo, no de cuero.
“Usa la camisa estampada con los pantalones negros” Le dije.
“No un vestido.”
“Porque no un vestido?”
“Porqie no quieres verte como si estuvieras arrastrandote.”
“Si tu lo dices”.
Pero Lissa usó el atuendo que yo le sugerí. Ella me hablaba mientras terminaba de alistarse, y yo la mire con envidia mientras ella se maquillaba. Cuando ella y yo habiamos vivido entre humanos, habia sido muy diligente para arreglarme todos los días. Ahora nunca parecía haber suficiente tiempo-ni razones- para hacerlo. Yo siempre estaba en algún tipo de actividad que hacia al maquillaje no tener sentido o arruinado de cualquier forma. Lo mejor que podía hacer era darme un masaje con crema humectante. Parecía excesivo en las mañanas -Como si estuviera usando una máscara- pero para la hora en que me enfrentaba al clima helado entre otras duras condiciones, siempre quedaba sorprendida al notar que mi piel habia absorvido todo la crema humectante.
Un pequeño dolor punzó mi cuerpo cuando me di cuenta de que raramente tendría la oportunidad de hacer esto durante el resto de mi vida. Lissa pasaría la mayoría de sus días vistiendose elegante, preparandose para fuciones reales. Nadie me notaria a mi nunca. Era raro, considerando que hasta el año pasado yo siempre habia sido la que obtenia toda la atención.
“Por que crees que ella quiere verme?” Pregunto Lissa.
“Tal vez para explicarnos que estamos haciendo aqui”.
“Tal vez”.
LA incomodidad lleno a Lissa, a pesar de su calma exterior. Ella aún no se habia recuperado completamente de la humillación brutal de la reina en el otoño pasado. Mi propio ataque de celos parecia ahora estupido comparado con lo que ella tenia que pasar. Me abofetee mentalmente, recordandome que yo no era tan solo su guardián invisible. Yo también era su mejor amiga, y nosotras no habiamos hablado mucho ultimamente.

“No tienes nada por que asustarte, Liss. Tu no has hecho nada malo. Y realmente, tu has estado haciendolo todo bien. Tus calificaciones son perfectas. Tu comportamiento es perfecto. Recuerdas todas esas personas que impresionaste durante el viaje de ski? Esa perra no tiene nada con que atacarte.”
“No deberias decir eso” dijo Lissa automaticamente. Ella se aplico mascara en sus pestañas, las examinó, y entonces se aplicó otra capa.
“Sólo lo digo como lo veo. Si ella te hace sentir mal por algo, entonces definitivamente ella es la que te tiene miedo”.
Lissa se rio. “Porque me tendria miedo a mi?”
“Por que la gente se siente atraida a ti, y las personas como ella no soportan que otro les robe la atención.” Estaba un poco sorprendida por lo sabia que habia sonado. “Además, tu eres la última Dragomir. Quien es ella? Sólo otra Ivashkov. Hay como una tonelada de ellos. Probablemente porque todos los chicos como Adrian tienen toda clase de hijos ilegítimos.”
“Adrian no tiene ningún hijo.”
“Del que sepamos” dije yo, misteriosamente.
Ella se paro y se alejo del espejo, satisfecha con su cara. “Ahora estás defendiendo a Adrian?” Que paso con tus advertencias para que me mantuviera alejada de el? Tu practicamente me arrancaste la cabeza la primera vez que me viste con el - y esa ni siquiera fue una desición mia.”
Ella tomo una delgada cadena de oro de su maleta e intentó abrocharlo al rededor de su cuello. “Bien, si... realmente no lo conocía entonces. El no es tan malo. Y es verdad, quiero decir, el no es un grandioso modelo a seguir, pero tambien pienso que algunas de las historias que cuentan sobre el con otras chicas son exageradas.”
“Yo no lo creo” dije, saltando. Ella aún no habia podido abrocharse la cadena, asi que yo la tome y puse las piezas juntas por ella. “Gracias” dijo ella, pasando sus manos por la gargantilla. “Creo que de verdad le gustas a Adrian. Le gustas. En la forma quiero-ser-serio-contigo”
Sacudí mi cabeza y retrocedí. “Nop. Yo le gusto en la forma quitale toda la ropa como sea a la linda chica dhampir”
“Yo no creo eso.”
“Esos es porque tu crees lo mejor de todas las personas”.
Ella se veia exceptica mientras comenzaba a cepillarse su cabello sobre sus hombros. “No se que pensar de eso tampoco. PEro se que el no es tan malo como tu crees. Se que no ha pasado mucho tiempo desde MAson, pero deberias pensar en salir con alguien más...”
“Recoge tu cabello” Alcance una pinza desde su maleta para ella. “Mason y yo nunca salimos de verdad. Tu sabes eso”
“Si. Bien, supongo que es otra razón para comenzar a considerar a alguien más para salir. LA secundaria no se ha acabado todavia. Parece que deberias estar haciendo algo divertido.”

Divertido. Era irónico. Meses atrás habia discutido con Dimitri sobre lo injusto que era que como un guardian en entrenamiento, tenía que cuidar mi reputación y no hacer demasiadas locuras. El estuv de acuerdo en que no era justo que yo no pudiera hacer las cosas que las otras chicas de mi edad podían, pero ese era el precio que yo tenia que pagar por mi futuro. Yo habia estado enojada, pero después del problema con Victor, comence a ver el punto de vista de Dimitri- a tal nivel que el mismo me había dicho que no debia limitarme tanto. Ahora, depués de Spokane, me sentía una chica totalmente diferente de la que habló con Dimitri el otoño pasado a cerca de la diversión. Estaba a un par de meses de la graduación. Las cosas de la secundaria... bailes... novios... que importaba todo eso en la gran escala de las cosas? Todo en la academia parecia tan trivial- excepto lo que me podía convertir en una mejor guardiana.
“Realmente no creo que necesite un novio para completar mi experiencia de la secundaria” Le dije a ella.
“Yo tampoco lo creo” dijo ella. Enderezando su cola de caballo.
“Pero tu solías tener citas y coquetear. Yo siento que seria bueno para ti hacer esas cosas de nuevo. No es como si tuvieras que tener algo serio con Adrian”.
“Bien, no escucharás quejas de el sobre eso. Pienso que lo último que el quiere es algo serio, ese es el problema”.
“Bueno. De acuerdo con algunas de las historas, el está muy serio. El otro día escuché que ustedes estaban comprometidos. Alguien dijo que habia sido desheredado porque le dijo a su papá que nunca amaría a nadie más.”
“Ahhhhh” De verdad no habia ningina otra respuesta adecuada para esos rumores. “Lo espantoso es que esas historias llegaron hasta el campus de primaria”. Mire hacia el techo. “Porque me siguen pasando esas cosas a mi?”
Ella camino hacia el sofa y me miro.
“Por que tu eres grandiosa, y todos te aman.”
“Nah, tu eres a la que todos aman”.
“Bien entonces, supongo que las dos somos increibles y adorables. Y uno de estos días-” Una chispa traviesa brillo en sus ojos- “Encontraremos un chico al que tu tambien ames”
“No contengas tu respiración. Nada de eso importa. No ahora. Tu eres la única persona por la que me debo preocupar. Vamos a graduarnos, y tu comenzarás la universidad, y será grandioso. No más reglas, solo nosotras dos”.
“Es un poco asustador” murmuro ella. “Pensar en estar por mi propia cuenta. Pero tu estarás conmigo. Y Dimitri también” ella suspiró. “No puedo imaginarme la vida sin ti. Ni siquiera recuerdo el tiempo cuando tu no estabas conmigo”.
Yo me pare y le di un pequeño golpe en su brazo. “Hey, ten cuidado. Vas a poner celoso a Christian. Oh mierda. Supongo que el va a estar cerca también, huh? Sin importar a donde vayamos?”
“Probablemente. Tu, yo, el, Dimitri, y los guardianes que le asignen a Christian. Una gran familia feliz”.
Yo bostecé. Pero dentro de mi, un calido y suave sentimiento crecía. Las cosas estaban locas en nuestro mundo, pero yo tenía todas estas personas grandiosas en mi vida. Siempre que nosotros estuvieramos juntos, todo estaría bien.

Ella miró su reloj, y el miedo regreso. “Tengo que irme ahora. Podrias... podrias ir conmigo?”
“Tu sabes que no puedo”
“Yo lo se... no en cuerpo... pero osea, podrías hacer esa cosa? Cuando tu estas mirando desde mi cabeza? Me ayudaría sentir que no estoy sola”

Era la primera vez que Lissa me pedía hacer eso a propósito. Normalmente, ella odiaba el hecho de que yo pudiera ver a travéz de sus ojos, Era una señal de que tan nerviosa estaba ella realmente.
“Seguro” dije yo. “Es probablemente mejor que cualquier programa de televisión en todo caso”.
Regrese a mi habitación, tomando una posición identica en el sofá. Despejando mis pensamientos, me abrí a la mente de Lissa, llendo más allá de sus sentimientos. Era algo que el vinculo shadow-kissed me permitia hacer y era la parte más intensa de nuestra conexión. No era sólo sentir sus pensamientos-Era estar de verdad dentro de ella, viendo a travéz de sus ojos y compartiendo sus experiencias. Habia aprendido a controlarlo recientemente. Yo solia deslizarme en ella sin querer hacerlo, y muchas veces no podía mantener sus sentimientos alejados. Yo podía controlar mi experiencia extracorporal ahora e incluso convocar el evento- como estaba a punto de hacer.
Lissa apenas habia entrado al salón en que la reina lo estaba esperando. Los Moroi podían usar terminos como “realeza” e incluso se arrodillaban a veces, pero no habian tronos ni nada de eso aqui. Tatiana se sentó en una silla oridinaria, vestida con una chaqueta y un blazer azúl naval, viendose más como una mujer ejecutiva que como cualquier tipo de monarca. Ella no estaba sola, tampoco. Una alta y elegante Moroi, cuyo cabello rubio comenzaba a mostrar algunas canas plateadas se sentó cerca a ella. Yo la reconocí: Priscila Voda, la amiga y consejera de la reina. Nosotros la conocimos en el viaje de ski, y ella quedó impresionada con Lissa. Tome su presencia como una buena señal. Guardianes silenciosos vestidos de blanco y negro, se ubicaron por toda la pared. Para mi sorpresa, Adrian también estaba allí. El se apoyo en una pequeña silla, pareciendo completamente indiferente al hecho de que estaba junto a la más importante líder Moroi. El guardian con Lissa la anunció. “Princesa Vasilisia Dragomir”
Tatiana movio su cabeza reconociendola. “Bienvenida Vasilisia. Por favor sientate”
Lissa se sento cerca a Adrian, su miendo creciendo a cada segundo. Un sirviente Morio entro y le ofrecio te o cafe, pero Lissa los rechazó.
Tatiana mientras tanto bebio de una taza de te y observo a Lissa de pies a cabeza. Priscila Voda rompió el silencio incomodo.
“Recuerdas lo que dije sobre ella?” Priscila preguntó animadamente. “Ella estuvo impresionante en nuestra cena de estado en Idaho. Calmo una fuerte discusión a cerca de los Moroi peleando con los guardianes. Ella logro calmar hasta al padre de Adrian”
Un sonrisa helada cruzo el rostro de Tatiana. “Eso es impresionante. La mitad del tiempo, siento que Nathan aún tiene doce años”
“Yo tambien” dijo Adrian, bebiendo una copa de vino.
Tatiana lo ignoro y se concentro de nuevo en Lissa.
“Todos parecen estar impresionados contigo, de verdad. No escucho más que cosas buenas de ti, a pesar de tus pasadas transgresiones...las que estoy empezando a entender, no estaban completamente fuera de tu buen juicio”
La mirada atonita de Lissa logró hacer a la reina reir. No habia mucho calor o humor en la risa, a pesar de todo. “Si, si... yo se todo sobre tus poderes, y por supuesto, tambien se lo que paso con Victor. Adrian ha estado contandome sobre el uso del espiritu también. Es tan extraño. Dime... tu puedes...” Ella miro una mesa cercana. Un florero estaba en el, con puntos verdes oscureciendo las flores. Era algun tipo de planta que alguien habia plantado. Como sus compañeras del patio, estaba esperando la primavera para florecer.
Lissa dudo. Usar sus poderes en frente de otros era algo extraño para ella. Pero Tatiana la miraba expectante.
Despues de unos momentos, Lissa se inclino y toco las hojas. Los capullos salieron de la tierra, creciendo casi un pie de alto. Gigantes ramaas se formaron alrededor, floreciendo con hermosas flores blancas. Lilas de pascua.
Lissa separo su mano.
Tatiana se veia maravillada, y ella dijo algo en un lenguaje que no pude comprender. Ella no habia nacido en los Estados Unidos pero habia elegido mantener su corte aqui. Ella hablaba sin acento, pero, como con Dimitri, los momentos de sorpresa aparentemente la hacian hablar en su lengua nativa. Despues de unos segundos, ella puso su máscara de indiferencia de nuevo.
“Hmmm. Interesante”
Hablando de minimizar algo grande.
“Podria ser muy útil” dijo Priscila, “Vasilisia y Adrian no pueden ser los unicos que lo tienen. Si pudieramos encontrar otros usuarios del espíritu podríamos aprender mucho. La sanación por si misma es un regalo, eso sin hablar de todo lo demas que pueden conjurar. Sólo imaginen lo que podemos hacer con eso”
Lissa se sintio optimista. Durante un tiempo, ella se esforzo como nadie para encontrar a otros de su tipo. y habia sido dificil tener suerte. Si la reina y el concejo moroi ponian sus recursos en ello, ni se imaginaba lo que podían encontrar. Aún asi, algo a cerca de las palabras de Priscila molestó a Lissa.
“Disculpeme, princesa Voda... no estoy segura de querer usar mis otros poderes sanadores tanto como a usted le gustaría”
“Por que no?” pregunto Tatiana, “Por lo que entiendo, puedes sanar casi cualquier cosa”.
“Yo puedo...” dijo Lissa lentamente. “Y quiero hacerlo. Yo desearía ayudar a todo el mundo, pero no puedo. Quiero decir, no me malinterpreten, definitivamente ayudaría a algunas personas. Pero también me he encontrado con otras personas como Victor, que quería abusar de mis poderes. Después de un tiempo... quiero decir, como podría escoger? Quien tiene derecho a vivir? Eso hace parte de la vida... bien, algunas personas tienen que morir. Mis poderes no son una receta médica que puede ser renovada según la necesidad, y honestamente, me asusta pensar que sólo sería usado para, uh, cierto topo de personas. Tal y como lo hacen con los guardianes”
Una ligera tensión creció en la habitación. Lo que Lissa habia insinuado era raramente mensionado en publico.
“De que están hablando?” pregunto Tatiana entrecerrando sus ojos. Por su cara se notaba que ya lo sabia.
Lissa estaba asustada por sus próximas palabras, pero ella lo hizo de todas formas. “Todos saben que hay un cierto, um... método para distribuir los guardianes. Sólo la élite los consigue. La realeza. La gente rica. Personas con poder.”

Un frío recorrio la habitación. La boca de Tatiana se convirtio en una línea recta. Ella se quedo en silencio durante un momento, y tenia el presentimiento de que los demás estaban conteniendo su respiración. Yo lo estaba haciendo.
“De verdad no crees que la realeza necesita protección especial?” Pregunto ella finalmente. “No crees que tu lo necesitas-la última de los Dragomir?”
“Sigo pensando que mantener seguros a nuestros líderes es importante, claro. Pero tambien creo que necesitamos detenernos y analizar lo que estamos haciendo. Podría ser hora de reconsiderar la forma en la que siempre hemos hecho las cosas”.
Lissa sonó tan sabia y tan segura de sí misma. Yo estaba orgullosa de ella. Viendo a Priscila Voda, se podría decir que ella también lo estaba. A ella le habia gustado Lissa desde el comienzo. Pero tambien se notaba que Priscilla estaba nerviosa. Ella le respondió a la reina y supo que Lissa estaba navegando en aguas peligrosas.
Tatiana sorbió su te. Creo que era una excusa para organizar sus pensamientos. “Tengo entendido” dijo ella, “que también estás a favor de que los Morio luchen con los guardianes contra los Strigoi?”
Otro tema peligroso, uno en el que Lissa estaba muy interesada.
“Creo que si hay Morois que lo quieren hacer, no deberíamos negarles la oportunidad.” De repente recordé a Jill.
“La vida de los Moroi es preciosa.” dijo la reina. “Ellos no deberían arriesgarse”
“Las vidas de los Dhampirs son igual de valiosas” Lissa respondió. “Si ellos pelean junto a los Moroi, podrían salvarnos a todos. Y de nuevo, si los Moroi están dispuestos a hacerlo, por que negarselos? Ellos merecen aprender a defenderse. Y personas como Tasha Ozera han desarrollado métodos para pelear con magia”
La mención de la tía de Christian hizo que apareciera una arruga en la frente de la reina. Tasha había sido atacada por un Strigoi cuando era más joven y habia dedicado el resto de su vida aprendiendo a defenderse.
“Tasha Ozera... ella sólo trae problemas. Ella está logrando reunir un buen número de personas problematicas”
“Ella está tratando de introducir nuevas ideas” Entonces noté que Lissa ya no estaba asustada. Ella estaba confiada en sus creencias y necesitaba expresarlas. “A través de la historia, la gente con ideas nuevas-quienes pensaban diferente y trataron de cambiar las cosas-siempre han sido tachados de problematicos. Pero la verdad? Quiere la verdad?
Una mirada curiosa lleno la cara de Tatiana, casi una sonrisa.
”Siempre”
“Necesitamos ese cambio. Quiero decir, nuestras tradiciones son importantes. No deberiamos alejarnos de ellas. Pero algunas veces, pienso que estamos equivocados”
“Equivocados?”
“Mientras el tiempo avanza, nosotros nos acostumbramos a los cambios. Evolucionamos. Computadoras, electricidad, la tecnología en general. Todos estamos de acuerdo en que esas cosas hacen que nuestra vida sea mejor. Por qué no puede ser de la misma forma respecto a nuestro comportamiento? Por qué seguimos aferrandonos al pasado cuando hay mejores formas de hacer las cosas?”
Lissa estaba sin aliento, emocionada. Sus mejillas se sentían cálidas, y su corazón acelerado. Todos los demás estabamos mirando a Tatiana, buscando alguna pista en esa cara de piedra.
“Es muy interesante hablar contigo” dijo ella, finalmente. Ella hizo que interesante sonara como una mala palabra. “Pero tengo cosas urgentes que hacer ahora” Ella se paro, y todos la siguieron apresurados, incluso Adrian. “No me uniré a ustedes durante la cena, pero tu y tus acompañantes tendrán todo lo que necesiten. Te vere mañana en el juicio. Sin importar lo radicalmente ingenuas e idealistas que resulten tus ideas, me alegra que estés pesente para completar la sentencia. Su encarcelamiento, por lo menos, es algo en lo que estamos de acuerdo.”
Adriana salió, sus guardianes inmediatamente la siguieron.
Priscilla la siguió también, dejando solos a Lissa y a Adrian.
“Bien hecho, prima. No hay muchas personas que puedan dejar a la señora fuera de balance como lo hiciste”
“Ella no parecia fuera de balance”
“Oh, lo estaba. Creeme. La mayoría de las personas con las que habla a diario no se atreven a hacerlo de la forma en que tu lo hiciste, ni hablar de alguien de tu edad” El se puso de pie y le extendio una mano a Lissa. “Vamos. Te mostraré el lugar. Te ayudará a despejar tu mente”. “Yo he estado aqui” dijo ella. “Cuando era más pequeña”
“Si, bien, las cosas que llegamos a ver cuando somos niños son diferentes a las que podemos ver cuando somos adultos. Sabias que aqui hay un bar habierto las veinticuatro horas? Tenemos que conseguirte algo para tomar”
“No quiero tomar nada”
“Lo querrás antes de que termine este viaje”
Dejé la cabeza de Lissa y regresé a mi habitación. La reunión con la reina habia terminado y Lissa no necesitaba mi apoyo invisible.
Además, de verdad no queria estar con Christian justo ahora. Sentandome, descubrí que me sentía sorpresivamente alerta. Estar en su cabeza habia sido casi como tomar una siesta.
Decidí explorar un poco por mi propia cuenta. Nunca habia estado en la corte real. De verdad era como un mini pueblo, y me preguntaba que otras cosas habrían para ver, además del bar en el que Adrian probablemente vivía, durante sus visitas.
Me dirigí hacia abajo, adivinando que tendría que salir. Hasta donde sabía, este edificio sólo tenia habitaciones. Era casi como el hotel del Palacio. Cuando llegué a la entrada, vi a Christian y a Eddie caminando y hablando con alguien a quien no lograba ver. Eddie, siempre vigilante, me vio y me llamo.
“Heu, Rose. Mira a quien encontramos”
Mientras me acercaba, Christian se hizo a un lado, revelando la persona misteriosa. La mire sorprendida y ella me saludó.
“Hola Rose”
Un momento despues, sentí una sonrisa dibujandose en mi cara.
“Hola, Mia”

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